La externalización interna (insourcing) se refiere a la práctica de internalizar ciertos procesos, servicios o funciones empresariales dentro de una empresa o de devolverlos a la empresa que antes se externalizaban. A diferencia de la externalización, en la que las tareas se transfieren a proveedores de servicios o socios externos, la internalización significa que estas tareas vuelven a realizarse internamente.
Ejemplos de insourcing incluyen la realización interna de servicios de TI, atención al cliente, actividades de fabricación u otros servicios que antes se externalizaban a proveedores de servicios externos. Mediante la internalización, las empresas pueden conservar un mayor control sobre sus procesos y recursos empresariales, reducir su dependencia de socios externos y, potencialmente, ahorrar costes al utilizar las capacidades internas de forma más eficiente.